Jueves 15 de noviembre de 2012
Carta a los directivos de Telefónica
Marcos Andrés Armenteros
Me dirijo a los directivos que el 4
de febrero de 2011 decidieron hacer uso del artículo 52d para
despedirnos a Mª Cruz y a mí, y que aún habiendo perdido tres juicios,
uno nulo y dos improcedentes, han persistido en su decisión. Os escribo
desde mi cama, aquí en la central de Telefónica de Paralelo, en la
improvisada habitación en la que hoy hace 11 días cinco compañeros y yo
comenzamos la Huelga de hambre.
Tenéis que saber que a todas horas hemos visto entrar
por la puerta a compañeras y compañeros que vienen a alimentarnos con la
verdad que, durante años, había permanecido oculta bajo el temor y la
resignación. La verdad de una plantilla que sabe de vuestra obsesión por
acabar con ella para poder así externalizar el trabajo y hacerlo más
barato; gente que sabe que no os importa en qué condiciones trabajan
autónomos, contratas y subcontratas mientras vuestros sueldos
millonarios crezcan. Nos alimentan las personas que entran por esa
puerta y nos abrazan porque saben que nos utilizasteis para
atemorizarles a ellos. Hoy comprendo más que nunca que hay nutrientes
que no te da la comida ni el dinero; ese alimento inmaterial te permite
comenzar lentamente a salir del miedo y la obediencia, y tengo la
certeza de que ese alimento le hace bien a la gente y a nosotros.
Pero no penséis que esto es mérito de la huelga que
hacemos; esta huelga es la reacción que vosotros habéis provocado. Antes
de despedirnos se habían eliminado ya 45000 puestos de trabajo dignos y
os disponíais a terminar con 6500 más. ¿Hacía falta despedir a dos
personas por bajas médicas? Tenéis ahora una oportunidad idónea para
hacer un gesto, para cambiar el rumbo de la confrontación que habéis
provocado.
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