En mayo nos enteramos con mucha consternación del suicidio de un trabajador de Telefónica, un gerente de ventas de Euskal Herria. Quienes lo conocían, sin pronunciarse sobre las causas del suicidio - eso ya nunca podrá saberse - apuntaban a que sentía mucha presión en el trabajo. Ahora hemos podido leer el emocionante post que un buen amigo suyo que escribió en su memoria. Su post nos ha recordado una carta de Marcos que no habíamos publicado y que publicamos ahora:
[La
dirección de Telefónica despidió a Marcos Andrés Armenteros de la
empresa en la que había trabajado durante más de 20 años
por bajas médicas justificadas por la Seguridad Social. Su despido y
el de Mari Cruz, por los mismos motivos, despertaron un clima de
indignación entre la plantilla de modo que “alguien”, de forma
anónima, hizo correr rumores falsos para que los y las trabajadoras
creyeramos que se trataba de un despido disciplinario. A pesar de que
dos jueces sentenciaron que el despido era injusto, y de que la misma
dirección de Telefónica despidió a Marcos por las bajas y no por
incumplimiento de sus responsabilidades como trabajador, los
directivos, para intentar lavarse las manos ante la sociedad por la injusticia
cometida, siguen recurriendo a las mentiras para desprestigiar
nuestra lucha.
El
13 de febrero de 2013 se celebró una reunión
entre los diputados que defienden nuestra causa y la dirección de
Telefónica para tratar la readmisión. Marcos dio a
los diputados esta carta y les pidió que la leyeran en la reunión si
alguno de los directivos le acusaba de haber incumplido sus
obligaciones como trabajador]
“Si
esta carta se lee en la reunión es que alguien ha tenido el mal
gusto de hablar de mí, más allá de las leyes con la que me
mantenéis en la calle, y por eso he pedido que alguien tenga la
bondad de leer esto en mi nombre, es feo que se hable de uno sin que
tenga la oportunidad de hablar; así que esta es mi manera de
responder. Si la leéis en la intimidad es que habéis tenido la
deferencia de no meter más ruido, algo que en cierto modo seria de
agradecer.
Antes
de nada tendríais que saber, ya que me despedisteis por bajas
médicas, que la lesión que tengo en la espalda me la produjo estar
muchos años sentado en la misma posición. No lo digo yo, lo dijo ya
hace cinco años mi reumatólogo. De hecho llevamos una carta de su
puño y letra al juicio, aunque el abogado no la usó, porque dijo
que tal como estaban las leyes daba igual que mi lesión fuera
laboral o no.
Es
una lesión típica de malas posturas continuadas. Sé que os trae
sin cuidado, pero creo que antes de ejecutar un despido a una persona
que llevaba 22 años en la compañía podíais haber tenido la
deferencia de querer saber qué me pasaba. Tenéis que saber también
que fui muchas veces a trabajar con dolor, empastillado hasta
arriba, y que si mis bajas eran cortas fue porque soy una persona
hiperactiva, incapaz de estar mucho tiempo encerrado en casa. El año
que me aplicasteis el 52d tenía que haber guardado reposo por lo
menos un par de meses, aunque entonces seguramente le habría tocado
a otro.
No
sé si habréis sacado el tema de la música, sé que lo teníais
presente y que se usó como piedra arrojadiza en su momento. Sí, soy
músico, como otros se van a esquiar y se rompen la crisma con su
familia, pero mi lesión no viene de ahí. Jamás hice un concierto
estando de baja, traté de llevar mis dolores lo mejor que pude aquel
año, como lo estoy haciendo ahora. Y podéis creerme, sí fui a
hacer conciertos con dolor (sin estar de baja), pero fui
muchas más veces a Telefónica trabajar con la espalda fatal. De
todo eso no quisisteis saber nada claro. Bastó con que fuera una
persona con un perfil con el que muchos no se identificaran; músico,
sin hijos etc…
También
tendríais que saber que cargué durante veinte años con una persona
con una depresión, y que esto ha sido muy duro para ella después de
lo que costó sacarla del infierno. Lo tendríais que saber porque en
el año 98 RRHH me negó tres veces una jornada reducida por
necesidades del servicio, eso justificaba, mientras yo veía cada
semana como prejubilaban gente con cincuenta años en mi mismo
departamento. Os llevé hasta los informes médicos de intentos de
suicidio de mi madre y no había forma. Tenéis todo su historial, ya
que ella estaba como beneficiaria mía en la mutua, Antares. Todas
esas cosas deberíais haberla tenido en cuenta antes de despedirme
por bajas médicas. Y aun me pregunto una cosa, ¿no es suficiente
haber dado de baja a más de cincuenta mil personas, bajas pagadas y
provocadas por vosotros? ¿Había que despedir a dos personas más
por bajas medicas, el año que ibais a dar de baja a otras 6500, en
un año que se había batido el récord de beneficios?
La
realidad es que me habéis dejado en la calle con 42 años, después
de 24 años en la empresa, con una lesión producida en la propia
telefónica, con una hipoteca de 140.000 euros, y con la dificultad
que una persona con una lesión puede tener para llevar a cavo cierto
tipo de trabajos. Habéis dejado en la calle a una persona que tiene
cargas familiares desde los 18 años, algo que, igual que os
quisisteis enterar de mi vocación musical, también podíais haber
averiguado simplemente viendo mi historial laboral.
Entiendo
que temáis al mercado, ese Dios inestable en el que tanto creéis, y
que tanto dinero hace ganar a algunos. Pero no deberíais subestimar
el poder de la gente cabreada. Estamos en tiempos muy duros, sobre
todo para algunos; vosotros que tenéis poder, ahora más que nunca,
tendríais que poner sobre la mesa algo más que cifras y legalismos,
simplemente un poquito de humanidad, un gesto. Todos nos ahorraríamos
muchos dolores de cabeza.
Cordialmente.
Marcos”
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